Hay un viejo dicho, que ahora es casi un cliché, que dice algo así como «una onza de prevención es mejor que una libra de cura». Lo que esto significa es simplemente que si te tomas un poco de tiempo para pensar y planificar antes de hacer algo, es mejor que simplemente saltar y volar. Esto se aplica igualmente bien a la hora de organizar cosas o cualquier otra cosa en la vida. Sin duda, esta es una obviedad que cualquiera puede reconocer fácilmente. Entonces, dicho esto, aquí hay algunas formas seguras de ponerse al día con su desorden.

Contempla compras *. Cada vez que esté en la tienda preparándose para hacer una compra, debe hacerse la simple pregunta: «¿Realmente necesito esto?» Es muy difícil que un lugar se abarrote si no hay nada con lo que abarrotarlo.

Hacer una lista. En el caso de que ya se enfrente a un desorden considerable, puede resolver este problema con bastante facilidad. Para hacer esto, simplemente revise su hogar y haga una lista de las habitaciones que más necesitan control del desorden. Cualquiera que sea la habitación que considere que está peor, es donde va a comenzar. Esto es básicamente algo en lo que puede pensar como un mapa hacia una casa u oficina más organizada. Sígalo, úselo, no establezca un horario. Después de haber hecho su lista de dónde comenzar, ahora debe decidir cuando. No solo decida cuándo comenzar, sino también cuándo debe terminar con cada etapa de su proyecto. Parte, quizás la mayor parte, de la importancia de utilizar este paso es el impacto psicológico que viene junto con una fecha límite. Si nunca lo ha experimentado antes, una de las formas en que va a sentir ese impacto es notar cómo cualquier fecha límite puede darle una serie de hitos.

Estos son hitos que puede utilizar para poder juzgar su propio progreso.

Cuando haya seguido estos sencillos pasos, estará listo para controlar su desorden. Tenga en cuenta que estos pasos son simplemente un punto de partida. En otras palabras, son una forma de planificar y preparar su camino. En resumen, esta es una forma de organizarse para la tarea de despejar el desorden.