Cualquiera que haya sido adolescente, haya vivido con un adolescente, haya ayudado a criar a un adolescente o simplemente haya estado cerca de un adolescente puede dar fe del hecho de que los adolescentes llevan vidas caóticas. Al lidiar con todo ese caos, es extremadamente fácil perderse y confundirse, ¡y solo son los padres! Los adolescentes necesitan toda la ayuda que puedan para desarrollar todo su potencial, y una de las mejores formas de lograrlo es ayudarlos a organizarse un poco más. Así es como puede comenzar a ayudar a los adolescentes de su vida a mantenerse organizados.

Establezca metas. * Tómese el tiempo para sentarse con su hijo adolescente y preguntarle cuáles son sus metas en la vida. No se centre solo en lo que estarán haciendo dentro de cinco años aproximadamente, sino también en lo que les gustaría lograr la semana que viene, el mes que viene y al final del año. Ayudar a su hijo adolescente a desarrollar metas a corto, mediano y largo plazo puede ayudar a aclararle a él (y a usted) las prioridades que tiene en su vida.

Desarrolle planes. * Después de ayudar a su adolescente a hacer una lista de metas, comience a trabajar con ellos para desarrollar planes sobre cómo hacer que esas metas se hagan realidad.

Tener un plan detallado paso a paso sobre cómo hacer las cosas puede ayudar a que las metas sean más alcanzables. Una de las formas en que esto sucede es que le permite a su adolescente ver su progreso y qué tan cerca está de sus metas.

Brindar apoyo. * Probablemente una de las partes más difíciles para ayudar a los adolescentes a mantenerse organizados es brindar apoyo. Esto es complicado porque si bien regañar puede ser una necesidad ocasional, no debería ser el único método que utilice para alentar a su hijo adolescente. Pregúntele a su hijo adolescente cómo van las cosas, demuéstrele que le importa el progreso que están logrando con sus metas y hable; simplemente hable con él sobre lo que está pasando. Se sorprenderá de la reacción que obtendrá.

Reevalúe las metas y los planes. * Tómese un tiempo periódicamente para reevaluar las metas y los planes que usted y su hijo desarrollen. La razón de esto es simple: las personas y las circunstancias cambian con el tiempo. Sin reevaluar periódicamente las metas y los planes, sin ver qué tan lejos ha llegado su hijo adolescente y si todavía está interesado en las mismas metas o no, volverá al punto de partida. Tenga en cuenta que, al igual que usted, los gustos y disgustos de su hijo adolescente pueden cambiar periódicamente, así que esté abierto a ese cambio y ayúdelo a desarrollar nuevas metas y planes.